
Las galas de entrega de premios tiene su aquel y sus fans, por ver quien gana, si te ha gustado la peli o no, por ver a tu actor favorito de esmoquin, por poder emocionarte ante las lágrimas de la actriz revelación o por momentazos como fue el de hace dos años cuando todo el patio de butacas se quedaba con la boca abierta cuando Pedro Almodovar aparecía por sorpresa.
El sentimiento de inferioridad del cine español , sus comparaciones con el holliwodiense y todo ese complicado discurso mejor dejarlo a un lado en días como hoy en los que sería mejor solo pensar en que se premia el talento y el esfuerzo de aquellos cuyo trabajo es hacer soñar a quien compre una entrada para el cine.El trabajo de crear vidas paralelas que no existen , de hacer trampa y ponernos delante un realidad falsa, de engañarnos, entretenernos y emocionarnos.Unos mejor y otros peor.Unos se llevaran hoy la cabeza de Goya a casa y otros se conformarán con la fiesta y los canapés de después.
Pero al menos a algunos se les reconocerá el trabajo.Por esto creo que yo que tiene emoción ver una gala de entregas de premios, porque vas a ver a algunas personas a las que se las va a reconocer su trabajo delante de millones de personas.
A quién no le gustaría tener su momento de gloria , escuchar solo cosas bonitas por un trabajo.Este privilegio, solo lo tienen aquellos que se ponen para trabajar alrededor de una cámara, delante o detrás.
Habrá otras entregas de premios, pero sintiéndolo mucho no tendrán esta repercusión , esta parafernalia, porque recuerda que ellos se dedican a crear ilusión de la nada.

Si nunca lo has soñado , si nunca te lo has planteado, permítete esta noche dejarte llevar por un momento, imaginar la emoción , el que un buen trabajo merezca tantos aplausos.Esta noche la magia de cine tiene una cita con los Goya.
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