Eligieron el nombre de 21 días porque es lo que tarda en regenarse una célula del cuerpo y a í me parece uno de los mejores programas que se han visto en los últimos años.
Desconozco quién inventó el formato pero desde luego se merece toda mi admiración.Cuando los programas de reportajes invaden las parrillas y los reporteros tienen que ser más dicharacheros que nunca, alguien se inventa esto de contar en primera persona cualquier experiencia, porque los hay de todos los tipos: 21 días durmiendo en la calle, sin comer, siendo invidente, de lujo, entre surfistas.
Sin duda el más impactante fue aquel en el que la intrépida Samanta Villar se fue a una mina perdida de la mano de Dios y consiguió descorazonarnos a todos con las extremas e injustas condiciones de vida de sus gentes.

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