En estos tiempos que nos ha tocado vivir, en los que ya solo se baila regetón en las discotecas, y en los que hemos dejado relegado hasta el patrio pasodoble, para las verbenas de los pueblos, no está de más recordar cómo es un baile en condiciones. La edad de oro de Hollywood, con sus estrellas, y sus musicales nos dejaron para el recuerdo esta escena llena de elegancia. Top Hat (Sombrero de copa) hizo de Ginger Rogers y Fred Astaire los bailarines más célebres, haciéndolos pasar a la historia como sinónimo de baile, como pareja enamorada. Y eso que parece que no se aguantaban. Dice él que está en el cielo cuando bailan mejilla contra mejilla. Ya la decía Sergio Dalma, en otro no menos célebre alegato contra los bailes no agarrados: bailar pegados es bailar.
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