No soy una gran fan de las películas de superhéroes, ni mucho menos, así que no puedo evitar sorprenderme cuando veo gente en mallas y capa en los carteles de los cines. Normalmente no me suenan ni el nombre, pero esta vez es diferente: ¡vuelve Superman! El Rey de los superhéroes viene convertido en un hombre de acero para reventar las taquillas de medio mundo. Este personaje tan icónico llega en la piel de un guapo inglés, Henry Cavill, acompañado de Russel Crowe y de Amy Adams. Un nuevo ídolo para todos los que no les parece mala idea que un extraterrestre baje del cielo en un meteorito, para salvarles de este mundo en crisis infinita.
Aunque sigue sonando a ciencia ficción, parece que esta vez han querido darle a la peli un tono realista, vamos, intentar hacer lo que ya pasó con Batman, gracias al Caballero Oscuro.
Con las primeras películas, los niños se creían que se podía volar, y más de uno se rompería una pierna. Ahora los niños ya tienen estas cosas más que superadas, y ya han visto muchas cosas. A mi, de todas formas, me sigue pareciendo un tipo en mallas, esta vez de un azul más oscuro, pero en mallas al fin y al cabo.
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