Como cada año, desde hace nueve, Cadena 100 reune a lo mejor de la música y nos la entrega en un gran concierto, que para muchos, es el más esperado del año. En esta ocasión, tiraron la casa por la ventana, y no faltó nadie. Y es que era por una buena causa. Lo recaudado con el precio de las entradas iría a parar a Manos Unidas y sus proyectos.
El público respondió como se espera en uno de estos acontecimientos multitudinarios, y abarrotó el Palacio de los Deportes de Madrid.
El sábado 23 de marzo se dieron cita en la capital algunas de las voces más queridas del momento, en un cartel de lujo.
Comenzaba la fiesta puntual, Efecto Pasillo, que animó al público con sus marchosas canciones y que inauguró un escenario espectacular, el mejor hasta el momento. Con una organización ejemplar y sin apenas unos minutos de espera entre artista y artista, la noche se empezó a desarrollar como la seda. Atrás quedan las esperas de las primeras ediciones, esas en las que daban 5 invitaciones por persona, y en las que había que aguantar como cambiaban el escenario entre actuaciones. Con la experiencia de años, Cadena 100 montó un escenario en tres sets. Dos laterales y el centro, donde se colocaron los números más acúscticos; lo que dio lugar a una ducesión de números musicales que no dejaron a nadie aburrirse ni un segundo.
Las gargantas comenzaron a afinarse con Manuel Carrasco y su Que Nadie, y los pies empezron a despegarse del suelo gracias al Euphoria de Loreen.
Pero esto solo era el principio. Poco a poco fuimos disfrutando de todo lo que nos tenían preparado este año. Desde Macaco y su cansina manera de alargar las canciones, el revival de Álex Ubago con Qué pides tú, que nos trasportó un poquito diez años atrás, y con los recién descubiertos en nuestro país Jesse y Joy.
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Malu. Facebook Cadena 100 |
Los platos fuertes, empezaron sin embargo con Malú, que derrochó energía y voz con sus dúos, cantados esta vez en solitario, y con sus canciones de siempre, que esta vez sí hicieron que los pulmones del público reventaran cantando.
El siguiente en desatar la histeria colectiva fue Pablo Alborán, que desde la parte derecha del escenario comenzaba a susurrarnos sus canciones de amor. Para alegría de los que estábamos sentados al otro lado del recinto, Pablo se levantó y dejó que todo el mundo le acompañara cantando. Una vez más, consiguió emocionar como él solo sabe. No se fue sin antes, conceder una primicia: El dúo con Jesse y Joy, La de la mala suerte, que ya os habíamos presentado
aquí.
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Pablo Alborán. Facebook Cadena 100 |
Después del turno de gritar de las más jovencitas, les tocó a las menos, porque era el momento de Miguel Bosé, que llenó el Palacio con sus colores y sus coreografías. No hubo un alma que no bailara Amante Bandido.
Como broche final, tocaba lo mejor. Gritar y saltar al ritmo de las mejores letras. El asturiano Melendi, cerró la noche con un escenario solo para él y desató los brincos y los gritos de los presentes, que no se dejaron ningún estribillo sin corear.
Como resultado y resumen de este maravillosa noche, pies cansados y gargantas agotadas. Como debe de acabar uno un concierto. Hasta el año que viene.
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Melendi.Facebook de Cadena 100 |