La emoción del revelado

Kodak hace unos días fue noticia porque anunciaba que dejaba de fabricar cámaras y se centraba solamente en la impresión.Una compañía con tanto nombre con graves problemas para subsistir me hace pensar en otros tiempos, que parecen ya muy lejanos, en los que los negativos y las tiendas de fotos eran algo cotidiano.
Desde que la nueva tecnología y las pantallas adosadas a las cámaras de fotos aparecieron en nuestras vidas nada volvió a ser lo mismo.
Antes existía ese momento mágico y único de inmortalizar el momento, solo tenías una oportunidad para apretar el botón y captar ese trocito de realidad.Ahora en cambio los intentos son infinitos y un poco se pierde esa espontaneidad.
Ser una de 24 era algo especial, ahora con nuestras tarjetas de 2 gigas las oportunidades de una buena foto son miles.
Sin duda el momento más emocionante y el que más nostalgia me provoca es el del revelado.El momento en el que el señor dependiente te daba tu sobre con tus fotos y allí en la tienda sin poder esperar abrías el sobre y te encontrabas con tus 24 instantes brillantes en 20x15. Ese segundo en el que contenías el aliento y podías ver otra vez, ese segundo que captaste ya tiempo atrás. Era emoción contenida, era sonrisas, era llevarte a casa y tocar tus recuerdos.
Ahora sin embargo, la cámara nos arruina ese instante de felicidad enseñandonos la imagen al momento y la pantalla del ordenador nos enfría la relación con la foto.
Por suerte para los nostálgicos de ese momento y supongo que para Kodak, queda todavía la posibilidad de seguir disfrutando del poder tocar las imágenes una vez reveladas, de llevar con nosotros los recuerdos, los instantes que le hemos robado a la vida.